20141223

Otro epílogo

Cortázar me susurra que luche
aunque no haga falta,
Y una taza de café medio somnolienta
me acompaña mientras reposo en tus memorias.
No sé qué hacer, últimamente,
ando de puerta en puerta testarudamente,  buscando
una permuta o una respuesta a una pregunta que una y otra vez se formula sigilosa
cuando toco la almohada,
Sabines y yo nos comprendemos,
empiezo a creer que en otra vida fui Herodes y el mal me acecha cuando abro la ventana,
hay una que otra frase al caer la tarde,
de esas que complementan mi tristeza,
una que se pega aquí en mi pecho moribundo,
No sé mucho de amor pero lo aprendo cuando te miro, irónico es que sean contadas las veces que eso pasa
y sea un infinito lo mucho que te quiero,
la noche me despierta, ya ando con los sueños cortos y los pasos lentos,
ya me muero y no pasa nada,
por que no soy tan sencilla y mucho menos complicada,
algo así como neutral
y merezco a veces tu sonrisa,
que vale más que mil penas,
pero en fin, nada importa,
hay momentos que no tienen vuelta atrás,
y yo escribo más en mi cabeza empezando en tus ojos y terminando en tu silueta,
diecinueve veces intenté olvidarte pero has pasado ciento ochenta días rondando
en mi boca,
y tu nombre se ha pronunciado cada minuto de cada día,
ya estoy un poco cuerda y no tengo remedio alguno más que la esperanza,
no de tu regreso
tal vez de olvidar que tengo que olvidarte
o recordar que tengo que avanzar quizás más de cinco pasos,
para empezar,
o tal vez para terminar.





20141214

Suspense

Ya ando perdiendo la cuenta de mis desvaríos,
de las cosas que rondan mi cabeza,
sigilosas.
Ando tan fugaz que me toman por estrella,
particularmente, los días que me haces falta
son los días que he vivido.
Ya he creído yo que no te iba queriendo
pero tus manos se toparon con las mías
y tus ojos me llegaron al pecho,
Soy tan terca que a mis sueños le llevo la contraria,
ya ando esperando que la memoria me falle,
sentada en el umbral de mi mala suerte,
soy más silencio que vida,
no sé si lo haz notado,
fallo más que nunca en el vano intento de olvidarte,
eres memorable y la sintaxis de mi razón lo sabe,
lo sabe y te mantiene,
y yo juego sucio con mi dolor y lo hago más fuerte,
buscándote,
ya soy más una sombra constante en el espacio que me sostiene,
un muerto que respira tu aroma dulce que
suaviza sistemas.
Tu eres de esos versos que no se escriben,
uno que me guardo en el bolsillo,
vales la pena si me tengo que cruzar contigo
las vidas que tenga que vivir.